Tiene TDAH. Bien, ¿y ahora qué?

No spaceQuiero hablar sobre las distintas alternativas que existen cuando unos padres reciben un diagnóstico de déficit de atención para su hijo. Tienen el absoluto derecho a estar informados y en ocasiones, por la formación del profesional al que acuden, reciben la información a medias. O al menos no se les plantean otras posibilidades de tratamiento. Ya intuirás que hablo de fármacos sí o no. Pero en realidad me parece más oportuno hablar de responsabilidad sí o no; independientemente de que haya pastilla. En otro post ya hablé de las múltiples causas y la dificultad de hacer un diagnóstico correcto. Aún así, cuando efectivamente un niño tiene un grave problema con la atención y el movimiento, existen distintas modalidades de tratamiento. Si te encuentras en este caso, debes saberlas.

Algunos profesionales optan por un tratamiento exclusivamente farmacológico. Esto consiste en la administración de un medicamento (metilfenidato comúnmente) para activar su sistema nervioso central. Parece paradójico que a alguien con hiperactividad haya que activarle. Lo que quiere decir, es que con esta medicación se activa la liberación de ciertos neurotransmisores, dopamina y noradrenalina, encargados de mantener la atención, coordinación motriz y control de impulsos.

Otro grupo de profesionales bastante menos de moda ahora, no se han postrado a los pies de la corriente médica y optan por administrar fármacos cuando otras intervenciones no son efectivas o cuando se trata de una necesidad clara que deberá ser valorada por un profesional. Alterar la química cerebral trae consecuencias. Por eso se intenta probar con otros métodos menos invasivos. El problema es que son más lentos y requieren más esfuerzo, pero tienen menos riesgos.

Además de los síntomas típicos (impulsividad, déficit de atención e hiperactividad) se suelen apreciar otros problemas como alteración del rendimiento escolar o fragilidad emocional. Cuando se inicia una terapia psicológica, se pueden atender estos aspectos que con la medicación se obvian. Se puede Aspertutaayudar al niño a comprender sus capacidades y sus dificultades, favorecer el contacto emocional y establecer un estilo de relación distinto. Estos niños están acostumbrados a que se dirijan a ellos con un “no te muevas”, “no hagas”, “haz esto”, “para ya” construyendo así una autoimagen de torpe, desastre o de los que rompen todo cuando lo tocan. Ante este sentimiento tan destructivo aprenden a sobrevivir, como haríamos cualquiera de nosotros, con unos mecanismos que a veces son inadecuados. Necesitan ser aceptados y en ocasiones terminan siendo sumisos, dependientes, buscando la atención de formas muy infantiles, etc.

Cuando alguien les ofrece una relación distinta, ellos se permiten ser más auténticos y se fortalece así su Yo. También se puede usar una reeducación. Algunos niños necesitan moverse para pensar y cuando esto les impide avanzar en su desarrollo debemos darles otras herramientas. Con la reeducación se estimula el pensamiento abstracto aunque su impulso primero les diga que tienen que actuar y luego pensar.

Por otro lado, las intervenciones se pueden dirigir a los padres. Es importante hacerles sensibles y con capacidad de observar para distinguir lo que es propiamente evolutivo, del desarrollo, de lo que requiere especial atención. También es imprescindible darles ciertos conocimientos sobre el diagnóstico. Algunos padres delegan su responsabilidad 1184996_628298173857261_213408808_nporque piensan que es “algo genético”; es decir, inmutable y que no hay nada que se pueda hacer para remediar esta situación. Estas afirmaciones indican una falta de información y de comprensión, posiblemente porque el profesional no les ha dado las explicaciones que ellos necesitan. Algunos también optan por acudir a grupos específicos con otros padres con la misma problemática. Entiendo que convivir con niños con estas dificultades constantemente resulta agotador e irritante y pueden encontrar ahí un punto de apoyo.

En realidad, aunque no parezca (o nos hagan creer que no), hay mucho que se puede hacer para conseguir que estos niños sean felices, se sientan seguros, aceptados y amados. Con sus puntos fuertes y también con sus debilidades.